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petróleo ruso

Rusia logró evitar la recesión en 2014, pero debe prepararse para una inevitable tormenta económica en 2015 ante el descenso del precio del petróleo.

Apesar de haber esquivado la recesión en 2014, gracias a la subida de un 0,6% del consumo privado de gas y de petróleo, de haber tenido unas cifras de desempleo en minimos históricos del 4,9%, de haber conseguido un superávit por cuenta corriente del 2,6% y una deuda externa limitada al 34% del PIB, y de que las reservas de divisas de su Banco Central Ruso,rondaban los 380.000 millones de dólares, que suponían diez meses de cobertura de importaciones. A pesar de todo ello, de que las cifras cierren el 2014 dándonos una imagen de Rusia com una solidez moderada, hay señales evidentes de que su economía se está deteriorando con rapidez. Por ejemplo, la inversión bruta se desplomó en comparación con 2013. Las reservas de divisas se redujeron más del 20% en 2014, mientras el Banco Central intentó en vano detener la caida del rublo, que perdió casi el 50% de su valor frente al dolar, que tuvo como consecuencia un aumento de la inflacción hasta casi llegar al 10% a finales del año. Lo que provocó la caída de la bolsa de Moscú, que llegó a un 60%, lo que supuso una gran pérdida de confianza.

Las previsiones para la economía Rusa, no son muy esperanzadores. Se prevé que la economía rusa decrezca entre un 3,5% y un 4% en 2015. Incluso se prevé que la contracción podría ser incluso mayor, impulsada por los tres problemas económicos a los que se enfrenta Rusia: la falta de inversión, las sanciones internacionales y la caída del precio del petróleo.

La falta de inversión:

Problemas como la falta de inversión eran evidentes en 2013, mucho antes de la crisis de Ucrania, cuando el aumento de a salida de capital alcanzó los 65.000 millones de dólares. Pero los problemas de Rusia se centran en la necesidad de modernizar su sector energético. Los campos de Siberia Occidental, que suponen el 90% del petróleo ruso se encuentran en niveles máximos de producción. Según la Agencia Internacional de Energía, también se requiere una gran inversión de 700.000 millones de dólares hasta 2035, para la exploración de los campos árticos. Así como otros sectores manufactureros demandan inversión.

Las sanciones iternacionales

La intervención por parte de Rusia en Ucrania, también a generado unos elevados costes económicos. No sólo los procedentes al despliegue activo de tropas y la atención a las áreas de Crimea y del Este de Ucrania controladas por los separatistas ucranianos, sino los costes procedentes de las sanciones internacionales y, paradojicamente, de la propia respuesta rusa.

Las sanciones procedentes de EEUU y la UE, se dirigen a los oficiales rusos y a las compañías de defensa y energía. Por lo que Rusia se enfrenta a duras restricciones de acceso a la tecnología y a la financiación extranjera. Con el acceso bloqueado a la tecnología energética y sin medios para adquirirla, las empresas se encuentran en peligro. Por lo que estas sanciones directamente estan afectando a otro de los puntos débiles como es «la inversión».

La caída del Petróleo

Sin lugar a dudas, la peor amenza a la que se enfrenta la economía rusa, es la caída continua del precio del petróleo; ya que el sector energético representa el 30% del PIB ruso, el 70% de las exportaciones y el 50% de los ingresos del gobierno. El desplome ha llegado a los 50 dólares por barril de crudo. Aunque cabe esperar un leve aumento, de unos 75 dólares en 2015. Pero esta cantidad se aleja de la previsión optimista rusa, que lo coloca a 95 dólares el barril

 

 La Caída del Rulo

La caída del rublo frente al dólar hece saltar las alarmas por la inlacción. Por otro lado, la depreciación del rublo aumenta la preocupación por la inflación. La depreciación se inició en la primavera de 2014, cuando la incertidumbre sobre la anexión de Crimea aumentó la salida de capital. El Banco Central de Rusia trató de frenar la devaluación mediante intervenciones en el mercado de divisas gastando, hasta principios de 2015, más de 95.000 millones de dólares, el 25% de sus reservas. Cuando el precio del petróleo comenzó a descender esta política se hizo insostenible. La devaluación del rublo alcanzó el 60%, lo que encarece el coste de las importaciones, especialmente alimentos y lácteos, escasos como resultado de las sanciones de respuesta de Rusia. Para abordar la amenaza de la inflación, el Banco Central de Rusia ha elevado los tipos de interés, que han llegado a alcanzar el 17,5%, restringiendo aún más las inversiones.

 

Lo que está por venir

Todo esto hace pensar que 2015, será un año duro para la economía Rusa. Se espera que la inversión disminuya otro 16,5% y el gasto en los hogares rusos descienda a un 6%, por lo que le será imposible mantener la economía de 2014. La debilidad del rublo, hará que se impulsen las exportaciones de sectores no energéticos y esto llevará a una contratación de las importaciones entorno al 30% manteniendo la cuenta en positivo. Por lo que a partir de 2016 puede percibirse una cierta recuperación. Estas previsiones estan asociadas a una posible recuperación del petróleo hasta los 75 dólares y a la relajación en las sanciones internacionales a partir del verano. Pero en el caso de que no haya un cambio en el precio del crudo, la presión sobre el rublo puede agravar la situación o incluso provocar un pánico bancario. Aunque acctualmente, el Banco Central Ruso, sigue invirtiendo en divisas a frenar la devaluación, y como consecuencia de ello, están bajando los niveles de reservas del país. En caso de agotarse dichas reservas, Rusia tendría serios problemas, ya que no conseguría préstamos internacionales debido a las sanciones internacionales anteriormente comentadas.